Cierres Magnéticos

Los cierres magnéticos, también conocidos como cierres de presión magnética, son sistemas de cierre que utilizan imanes para mantener puertas, ventanas y otros objetos cerrados. Están compuestos por dos partes: una placa magnética que se coloca en la puerta o ventana, y un componente metálico que se coloca en el marco o en la estructura adyacente.

Cuando la puerta o ventana se cierra, los imanes se atraen y mantienen la puerta cerrada. Para abrir la puerta, se ejerce una fuerza suficiente para separar los imanes, lo que permite que la puerta se abra fácilmente.

Los cierres magnéticos son comúnmente utilizados en aplicaciones donde se requiere una cerradura segura, pero sin la necesidad de un sistema de bloqueo completo. Por ejemplo, se pueden utilizar en armarios, cajones, muebles y otros objetos que requieren un cierre seguro pero fácil de abrir. También se pueden utilizar en aplicaciones más grandes, como puertas exteriores, pero en estos casos es importante asegurarse de que el cierre magnético sea lo suficientemente fuerte para proporcionar una seguridad adecuada.

Es importante tener en cuenta que los cierres magnéticos no son adecuados para todas las aplicaciones de seguridad, ya que no ofrecen la misma protección que los sistemas de bloqueo más robustos. También es importante asegurarse de que los imanes estén colocados correctamente para evitar que la puerta o ventana se abra accidentalmente.

Tenemos tres tipos de cierres magnéticos: imanes de bloqueo, imanes ajustables y imanes de encaje.